martes, 17 de febrero de 2015

Sacco y Vanzetti en el teatro




Resulta llamativo, sorprendente y hasta increíble que una obra de éstas características irrumpa entre culos y tetas y se imponga en el escenario con una maestría y calidad excepcionales.
No soy un hombre de teatro, no soy lo que se dice un "conocedor", pero sé reconocer en ésta obra el gran nivel y la fidelidad con la cual llevan adelante, basados en documentos reales y mucho talento, la historia de éstos mártires que ha sacrificado el sistema capitalista en el intento de sofocar toda idea de esperanza y libertad en el ser humano.

Ha fallado, escandalosamente, y aquí queda en evidencia. Cabe destacar la grandeza de la sala Astor Piazzolla, la música en vivo y el compromiso de Quiroz (que interpreta un emotivo Sacco) con el ideal libertario. Ese compromiso crea un vínculo inmediato con el espectador. Las ideas, los conceptos de libertad, igualdad y rebeldía, enaltecidas desde la dramaturgia, son capaces de movilizar sentimientos y hacernos pensar. Pero por sobre todas las cosas, el grito más esperanzador que pudo haber salido jamás de una garganta humana, enardece el corazón y alimenta ese fuego estrepitosamente, siendo equivalente a la compañía de la mujer que amo, que en este momento se encuentra aplaudiendo a mi lado, de pié, con fuego en sus ojos y rabia en el corazón: "¡Viva la Anarkía!"

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