domingo, 24 de agosto de 2014

La Corte de Lucifer



Bueno, no voy a escribir un resumen de éste libro, pero si voy a dejar una reflexión que me vino a la mente mientras lo leía.

Me resultó paradójico cómo los nazis tildan de reprobable el proceso inquisitorial católico, que acabó con el paganismo por considerarlo herejía y "no europeo", cuando ellos consideraron su holocausto más que válido para erradicar a los "no arios".
Otto Rahn, Coronel de la SS y uno de los principales defensores de la raza aria, escribió renegando a propósito de los inquisidores:
"Puros eran los cátaros, pero no los frailucos y aventureros
que con la Cruz al pecho querían preparar la Provenza a favor
de una nueva estirpe: su propia estirpe".
A pesar de las contradicciones, cabe destacar que a medida que avanzaba y se estrechaba la ideología nazi, éste intelectual y autor del "trascendente evangelio" de lectura obligatoria entre los primeros oficiales nazis, decide renunciar a su cargo. Misteriosamente poco después lo encuentran muerto.
La historia oficial dice que murió congelado, practicando un antiguo ritual pagano en una montaña, y se lo recuerda con mucho cariño en los obituarios de los periódicos nazis. Otras versiones cuentan que sus abuelos eran judíos, y al exigirle un "certificado de pureza racial" se vió obligado a dimitir. También hay quién dice que se sometió a cirugía plástica y viajó a Bagdad para ocupar un cargo diplomático.
Lo cierto es que Otto Rahn escribió a un amigo, poco antes de presentar su renuncia como coronel de la SS y desaparecer:
"Me preocupa muy seriamente mi patria [...]. Yo soy un hombre
tolerante, no puedo ya vivir en mi hermosa Patria, ¿en qué se ha
convertido?".


CONCLUSIÓN:
Los nazis tienen un serio problema de identidad.