viernes, 14 de junio de 2019

Escalando desde las profundidades

Me encuentro en un punto de inflexión en mi vida. Comienzo de a poco a salir del pozo de incertidumbre en el que estuve sumergido durante años, sin saber por dónde salir. Comienzo a divisar mi norte, y eso me permite enfocar mis energías hacia algo productivo, hacia la adquisición de nuevos conocimientos, o simplemente reforzar mis intereses para comenzar a moldear las bases en las que construír mi futuro.

Y éste blog, que llevo durante años, tiene muchísimo que ver.

Me encuentro finalizando mis estudios secundarios luego de muchos altibajos y periodos en los que las dificultades se empeñaban en mantenerme abajo. Pero para salir no me quedó otra que diseñar un plan. Lo curioso es que pasó casi de repente.

Una mañana me desperté y me di cuenta que debía accionar la rueda para que ésta comience a girar. Así que utilizando la poderosa herramienta que todos tenemos hoy por hoy en nuestro bolsillo, el teléfono, hice las averiguaciones necesarias y fijé fecha para poder terminar mis estudios de una vez por todas.

Ésto generó nuevas incertidumbres. Una vez rendidas las materias que me quedan para finalizar la educación secundaria... Que haré?

Después de un profundo análisis, me imaginé haciendo algo que me gustara y a su vez que me reporte dinero, un medio necesario para sostener mi futura existencia. Así que llegué a la conclusión de que quiero dedicarme a las ciencias de la computación. Más precisamente a la programación.

Recuerdo que hace unos meses fuí a realizar algunos trabajos de mantenimiento en una oficina de una empresa de software. Mientras subía un sillón pesado por las escaleras, agujereaba las paredes para colocar los matafuegos y colocaba cortinas en las ventanas, me iba desplazando entre los cubículos en donde ya se encontraba gente trabajando.

Se me dió por hablarle a uno de ellos y decirle: "Yo quiero trabajar sentado como vos. Que se necesita?" Me respondió: "Dos años de universidad". Algo que no me pareció para nada exorbitante.
Así que hice mis averiguaciones, y la Tecnicatura en Programación me pareció el camino que debía seguir para lograr mis objetivos.

Ahora sólo espero tener la fuerza de voluntad necesaria para terminar mis asuntos pendientes y comenzar a transitar la vía universitaria. Ya sólo eso para mí sería un sueño cumplido. Tengo 27 años y 4 hermanos. Ninguno de ellos fue a la universidad, y es un regalo que quiero hacerle a mi madre, que siempre soñó lo mejor para sus hijos. Saqué las cuentas y a los 30 al menos ya sería técnico. No quiero lamentarme por todo el tiempo perdido. Si las cosas se dieron así fue por las circunstancias de la vida, pero lo último que se pierde son las esperanzas dicen por ahí.

Paralelamente ya comencé a estudiar programación por mi cuenta, ya que no es un tema completamente ajeno a mi. Desde chico me gusta andar curioseando entre los códigos fuente, cambiando líneas de html y personalizando páginas web. Ahora doy el paso siguiente, que es aprender un lenguaje de programación más complejo.

Decidí comenzar por PHP, que es lo que utilizaban en esa oficina en la que estuve. Me quedaron grabadas las palabras de un tipo que trabajaba ahí y me aconsejó: " Aprendé Laravel". Pero antes de aprender a utilizar un framework necesito comprender el código base, así que en eso estoy.

Seguiré actualizando el blog con lo que crea interesante referente a esta nueva etapa. Agradezco a quien se haya tomado la molestia de leer.