martes, 7 de junio de 2011

Pensando en alguien...



Desde hace días me siento como en una nube. Experimento actualmente una estabilidad mental y emocional entrañable, de esa que habitaba en mis recuerdos como una vieja pintura que se deterioraba rápidamente. Pero ahora abrazo esta actitud ante la vida y me aferro desesperado. Creí que no volvería a ser dueño de esta sensación, y ante la desilusión me encerré en mi propio túnel. Alejándome por decisión propia de los demás. ¡Que estúpido! ¿Cómo no me di cuenta? Ignoraba que la solución a mi tristeza, a mi soledad y muchas otras cosas de las que no soy plenamente consiente estaba en el mismo origen del problema. En las personas. Esas que a fuerza de ilusiones y engaños apagaron toda ingenuidad en mí ahora me devuelven la esperanza y las ganas de hacer algo en esta vida. Es necesario discriminar. Ahora entiendo que hay personas y personas, y me siento un ignorante por haberme compadecido de mi mismo creyendo que era una víctima de la cruel humanidad.
Que importante son las palabras de aliento en el momento justo, o el consejo cuando lo buscas desesperado. Que importante es el reconocimiento gratuito, también el sentimiento de pertenencia. No pertenencia de algo, sino A ALGO. Saber cuál es tu lugar en el mundo, mirar a un lado y saber que no estás solo. Que importante es que piensen en vos. Pero sin dudas lo más importante, lo más satisfactorio, es pensar en alguien.
¿Que sería de la humanidad si solo pensara en sí misma? No me siento capáz de enumerar los adjetivos, pero sí me atrevo a afirmar que las personas valen la pena. No todas, es cierto. Pero hay una en particular que no se parece a nadie que conozca. Es hermosa, original, genuina,
incansable y honesta. Sin dudas un verdadero ejemplo. Salvar de las tinieblas al ser que escribe estas palabras es todo un logro, y hay que reconocérselo.
¿Pero cómo? ¿Cómo ser digno de ella? Solo puedo entregarle todo lo que soy, sin caretas, sin corazas. Es lo mejor que puedo ofrecer. Quizás en un futuro pueda ofrecerte más, ya que me haces mejor persona cada día que pasa.
Me dan ganas de vivir más, de sonreír, de soñar, de abrazarte.
Te amo Rocío.