martes, 13 de junio de 2017

Aguante las drogas y las putas.

Muchas veces escribo o digo cosas que pueden resultar chocantes para muchas personas.
Quiero decirles que es completamente adrede.
Lo hago para provocar una ruptura en la monotonía cotidiana.
Con el paso del tiempo fuí perdiendo la capacidad de asombro y el interés por muchas cosas, y me dí cuenta de que los mensajes que me generaban algo, que movilizaban mis emociones, eran los que más agradecía mi intelecto. Por eso, en cuanto más nos bombardean con publicidad, mensajes banales y políticas pedorras, más disfruto romper la estructura con mensajes absurdos que escapen de la norma. A veces hasta contrariando mis propias posturas e ideales. A riesgo de parecer un loco, cada vez me voy volviendo más abstracto y bizarro.
Es que no me quiero parecer a ustedes.
Nunca.

¿Que tengo demasiado tiempo libre?
Antes los que nos la pasábamos en internet lo preferíamos porque no soportábamos la vida en sociedad. Ahora, ustedes están en mi terreno. Fuera de mi casa.
¿Te pusiste a pensar qué rápido ésto se llenó de idiotas?
En pocos años pasamos de escribir esporádicamente en foros a enviarnos mensajería instantánea a nuestras cuentas personales. Ahora los boludos se la pasan con el celular en la mano pensando que comparten algo con alguien.
Por eso me aferro al contenido crudo, al gore, al drama, la polémica y el impacto. Por eso me gusta decirle al que cree que me conoce: Estás equivocado.

Ahora no queremos leer libros, queremos decir que leemos libros.
Por eso aguante las drogas y las putas.