El deseo es el motor
que nos pone en acción
saca al cuerpo el estupor
y en la mente hace reacción
Nos enciende,
nos provoca una motivación
para echarse a andar
esperando compensación
Es por eso que el Sistema
aprovecha la ocasión
Y nos mantiene en la rueda
como lo hace un ratón
Manipula y no enseña
como lo haría un Mentor
Más bien se comporta
como un fiero Adiestrador
Impasible a los efectos secundarios de la represión
Subestima y reprende todo acto de oposición
Sugestiona y nos moldea como a un fiel seguidor
Engaña al esclavo y lo convierte en defensor
De su propia maldición,
víctima de su adicción
pierde toda su intuición,
renuncia a su condición
de ser libre y pensador
al quedarse sin opción
acepta su maldición
y se convierte en servidor.