Me dicen que soy inteligente
Que tengo incorporada la Teoría de la Mente
Y yo maldigo el momento
en que llegué a ese estante
en que un libro me enseñó
a sentirme distante.
Muerto de ganas
de sentir menos
de no ser tan arrogante
y equiparme con la sonrisa
de un ser ignorante.
Vivo buceando
entre esa gente
que nunca me entiende
pero una fuerte corriente
me arrastra por el afluente
Y me ahogo.
Porque vivo de sueños
tan distantes que creo
son de otro universo.
Y siento
que no comprendo
las reglas de este juego.
Su recompensa es poca, creo
y no la anhelo.
Yo estuve ahí,
ya lo viví,
y lo sentí.
No me motiva el hecho
de querer sufrir.
Y vivo sediento,
con la peor sed de todas
la de estar rodeado
y querer huir de las personas.
La melancolía no es romántica
Ni a esa persona la ayudamos
por sentirle lástima.
Se congelan las lágrimas
ante tantas injusticias
y el vacío dejará perplejo
hasta al oculista.
Acá ya no hay nada,
porque lo hubo alguna vez
y se escurrió en vano
por las piedras de este monte.
Y cuál fue el consuelo?
Una servilleta,
y en ella escrita un Hasta luego.
Que regalo tan descortés
por entregar mi vida entera.
Si lo sabía de antemano
no salía ni a la vereda.
Podes quedarte con tus máscaras de cera
Yo me quedo con mi angustia y mis poesías.
No hace falta que lo digas, ya lo sabías
Soy un lobo solitario atrapado en un tranvía
que se precipita a la deriva
porque el chofer se pegó un tiro a causa de una mina
El cenicero lleno
y la botella está vacía.