Que importante son las palabras de aliento en el momento justo, o el consejo cuando lo buscas desesperado. Que importante es el reconocimiento gratuito, también el sentimiento de pertenencia. No pertenencia de algo, sino A ALGO. Saber cuál es tu lugar en el mundo, mirar a un lado y saber que no estás solo. Que importante es que piensen en vos. Pero sin dudas lo más importante, lo más satisfactorio, es pensar en alguien.
¿Que sería de la humanidad si solo pensara en sí misma? No me siento capáz de enumerar los adjetivos, pero sí me atrevo a afirmar que las personas valen la pena. No todas, es cierto. Pero hay una en particular que no se parece a nadie que conozca. Es hermosa, original, genuina,
incansable y honesta. Sin dudas un verdadero ejemplo. Salvar de las tinieblas al ser que escribe estas palabras es todo un logro, y hay que reconocérselo.
¿Pero cómo? ¿Cómo ser digno de ella? Solo puedo entregarle todo lo que soy, sin caretas, sin corazas. Es lo mejor que puedo ofrecer. Quizás en un futuro pueda ofrecerte más, ya que me haces mejor persona cada día que pasa.
Me dan ganas de vivir más, de sonreír, de soñar, de abrazarte.
Te amo Rocío.